Amor propio

Durante años he tenido un concepto equivocado de lo que significa el Amor propio.

Recuerdo que de pequeña entendía que el Amor propio era un símil de orgullo, de egoísmo, de resistencia a los demás, de falta de humildad. Casi soy capaz de escuchar la voz de mi Padre diciéndome «Virginia ese Amor propio que tienes no te va a ayudar a ser feliz en la vida«

Normalmente esa frase de mi Padre la escuchaba cuando teníamos alguna discusión o cuando yo me resistía a hacer algo que estaba fuera de lo que «dictaban los cánones»… pero por entonces no tenía la capacidad de comprender que no tenía nada que ver con el orgullo y que lo que realmente me decía mi Padre era que necesitaba dejar de «pelearme con la vida» y quererme más a mi misma.

Siempre he sido y soy una persona muy feliz, pero si tuviera que decir cuáles han sido los retos más amargos que he tenido que afrontar en mi vida, en todos ellos hay un cierto sabor a «orgullo». Analizando ahora internamente, cómo la vida me ha enseñado, eso que yo entendía por «orgullo», he confirmado que lo que me ha faltado es el Amor propio que me decía mi Padre, pero entendido de otra manera.

Mi nueva visión del Amor propio me ha enseñado que no se trata de hacer las cosas para que te reconozcan, para contentar a los demás o para estar siempre esperando que la vida te «recompense» con algún resultado material. Mi nueva visión del Amor propio me ha ayudado a darme cuenta de que la «verdadera recompensa» la tengo yo a mi alcance cada día cuando me levanto y me miro al espejo.

Es muy distinto mirarse al espejo y ver siempre lo que está mal o poner el foco en lo que te falta, que mirarte al espejo y reconocer en tí la belleza que ha creado el universo. Es muy diferente «obligarte» a sonreír para que el mundo «crea» que eres feliz, que sonreír de corazón por sentir agradecimiento por respirar y vivir cada día.

Estas son enseñanzas que realmente me transmitía mi Padre cuando me recordaba que mi Amor propio no me ayudaba. El problema es que las primeras veces cuando las escuché, me quedé simplemente con palabras… luego poco a poco fui profundizando en el concepto y su significado… y ahora realmente siento que forman parte de mi motivación diaria.

Amor propio no es ni mucho menos egoísmo, Amor propio es generosidad con uno mismo. Amor propio es poder equivocarte sin castigarte. Amor propio es olvidarte de la autoexigencia continua y descubrir la cantidad/calidad de tus valores. Amor propio no es ni mucho menos orgullo, sino saber reconocerte, cuando haces las cosas con sabiduría, disfrutar de tus éxitos sin compararte con nada ni con nadie sino simplemente siendo TU

Gracias Papa por tu sabiduría y gracias a la vida por enseñarme tanto. Ahora estoy encantada practicando mi Amor propio: permitiendome, reconociéndome, alegrandome, consintiendome, disfrutandome, valorandome, respetandome, en resumen AMÁNDOME.

Esta nueva forma de vivir es lo que resume el concepto Go! escrito con el corazón. 

G! es un sello que identifica una forma de ser y hacer desde el corazón. Hay personas G!, empresas G!, vidas G!, viajes G♥!, días G♥! incluso vidas G♥!

A partir de esta semana iremos viendo diferentes ejemplos G♥! y gracias de todo corazón por tanto AMOR